Como Cristianos adultos, tenemos una responsabilidad moral y legal. Dios nos ha confiado el bienestar espiritual, emocional y físico de menores y adultos vulnerables. Cuando ellos participan en actividades, dentro de o, patrocinadas por nuestra Diócesis, es nuestra responsabilidad y compromiso proveer un ambiente seguro y acogedor.
Para lograr lo anterior, la diócesis cuenta con un Programa de Ambiente Seguro que está a cargo de implementar el entrenamiento, investigación y verificación de antecedentes, así como otros procedimientos que han sido diseñados para reducir el riesgo de abuso sexual en niños y adultos vulnerables. Todas las parroquias, escuelas y agencias diocesanas cuentan con el programa y cada una de ellas es responsable de su implementación y continuación.
El personal y voluntarios que trabajan directamente con los menores y adultos vulnerables necesitan recibir el Entrenamiento de Ambiente Seguro. Otros voluntarios que deben seguir los procedimientos de detección son los ministros de hospitalidad.
Toda la información recopilada será tratada en forma confidencial.
Todos los nuevos voluntarios o empleados deben asistir a una sesión de "Familia de Fe" como parte del proceso de certificación de Ambiente Seguro.
Al renovar su certificación, usted cuenta con numerosas opciones entre las que se encuentran:
Una vez que haya completado la clase, ya sea en persona o en línea, envíe toda la información donde se muestre que usted ha completado la clase al oficial de Ambiente Seguro de su parroquia.